En los primeros días de este cálido agosto se fue para siempre Joaquín Plaza con solo 65 años de edad. En el mundo formativo de la pelota a mano dejó un historial y en La Rioja pelotazale siempre tendrá un cuadro de honor este soriano doctor en Fisiología. Nacido en Quintana Redonda, de la “Mancomunidad de los 150 pueblos”. Llegó a tener 1000 habitantes por los 70 y hoy andará por los 500. Con plaza de toros restaurada y localidad famosa por los cantareros: “De tierra colorada cántaros negros”.

Quiero añadir a su historial deportivo su afición al mundo taurino y las relaciones que tuvo con El Bayas, Vallejo y otros toreros aragoneses de la ciudad de Tarazona de Aragón y que me relataba en algunos ratos que echamos en el Adarraga en sus horas mañaneras de entrenador.

Técnico de Aspe al final del siglo pasado, preparador de Titín III, aportó técnicas modernas a los entrenamientos que él experimentó en el atletismo con disciplina y superando lo anterior... que no era casi nada. Su magisterio favoreció a Camarero, Ray, Capellán, los Hermanos Merino, Cecilio, Gorka, Untoria, Víctor... y chavales que después han sido acartelados en los frontones con más o menos acierto y progreso.

Los informadores preparados ensalzan su aportación médica, el entrenamiento y la fisioterapia como avance y modernización aportadas por Joaquín al que el pasado día 10, en Ezcaray, donde acabó sus días, Víctor y Mariezku ganaron a Altuna y Aretxabaleta y Darío y Albisu se impusieron a Bengoetxea y Bikuña. Hubo emoción, homenaje, sentimientos, lleno en el graderío y victoria de los locales que con Salaverri se anuncian en Navarrete y Uruñuela unos días después.

En fechas cercanas, Rodrigo Y Loza se impusieron a Picote III y Javier Loza en la final del “Torneo Loza” de Nájera. Surgen nombres.